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Conoce La Zarza

Desde la antigüedad del doblamiento de la zona son testigos los yacimientos musterienses y pinturas esquemáticas del abrigo de La Calderita, en la Sierra de Peñas Blancas, encontrarás todos los parajes e historias inigualables.

Origen y Situación

La Zarza es una bella localidad cercana a la capital extremeña (Mérida) que ofrece un amplio patrimonio natural, histórico y cultural. Si bien su principal riqueza radica en sus gentes, abiertas y hospitalarias, deseosas de ofrecer al visitante una calurosa acogida, brindándoles lo mejor de su entorno y patrimonio.

Como consecuencia de su situación geológica de asentamiento en la falda del Monte Calvario, bajo el abrigo de la Sierra de las Peñas Blancas, las calles del pueblo presentan fuerte pendiente.

La zona de vegas de la localidad es bañada por las aguas del río Guadiana y de uno de sus más importantes afluentes: el Matachel. Posiblemente el nombre de la localidad da fe de los muchos arbustos de ramas espinosas y frutos de la familia de las rosáceas, las zarzas (Rubus ulmifolius), localizadas en las riberas de dichos ríos y arroyos próximos al municipio.

Es precisamente su geolocalización la que otorga al municipio un curioso aspecto urbanístico donde se distinguen dos áreas bien diferenciadas: por un lado, la zona alta y más antigua donde tuvo lugar el asentamiento que dio origen al pueblo presenta calles estrechas y de fuerte pendiente y otra, de expansión posterior, en la que se asienta la zona más moderna de amplias calles y avenidas. Tradicionalmente, esta distinción de áreas clasificó a sus vecinos en “cabileños” (moradores de la zona alta del pueblo) y “chumberos” (residentes en la zona baja).

Desde los yacimientos prehistóricos de La Calderita, llave del devenir humano y eslabón fundamental de la presencia del hombre sobre la tierra, hasta nuestros días, La Zarza recoge en sus calles, monumentos, paseos y lugares de estudio de la historia más directa y testimonial del sentir humano.

Los antecedentes directos del asentamiento actual se encuentran en el enclave fundado por el Maestre santiaguista Pelay Pérez Correa bajo el Fuero otorgado a Mérida en 1235. En 1585 alcanzó categoría de Villa, eximiéndose de Alange mediante el pago de 16.762 ducados a Felipe II. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, el nombre fue oscilando alternativamente entre Zarza de Alange y Zarza junto a Alange tomando definitivamente la primera denominación desde el año 1916. Sin embargo, no sería hasta el 20 de marzo de 1991 cuando La Zarza adquiere su actual nombre, por decreto publicado en el Diario Oficial de Extremadura, culminando de tal modo la vieja aspiración de autonomía de la población.

Comercio y Hostelería

Si bien – al igual que en las localidades vecinas – el sector agrícola representa un importante recurso de empleo y económico que ha sufrido una importante evolución adaptándose a las necesidades del mercado global, apostando por nuevas tecnologías y cultivos resultante en la creación de cooperativas y empresas competitivas dedicadas a la producción y elaboración de productos agrícolas, tales como nogales, ciruelos, arrozales, olivos y silvicultura.

La Zarza, es bien conocida por su amplia y diversa actividad comercial, donde todos los sectores están bien representados. Entre el más de un centenar de empresas zarceñas que ofrecen venta directa de sus productos, destacamos los sectores de alimentación, textil y confección artesanal, entre otros, de la piel y la madera. Son estos los sectores que tradicionalmente han posicionado al municipio entre los más famosos de la región por sus dulces y sus peleterías, pasando de generación en generación desde el pasado siglo.

En los últimos años, el municipio ha visto reconocido su patrimonio histórico-cultural por parte de las administraciones. Esto, junto con la buena red de comunicación con la capital extremeña y una amplia oferta de ocio, ha favorecido el impulso del turismo en la localidad. Para fomentar la pernoctación y disfrute del municipio se han construido alojamientos turísticos tales como: un Hotel Rural, una casa Rural, apartamentos turísticos y hostales.

Respecto a su rica gastronomía, encontramos numerosos locales de restauración que dedican parte de su oferta a platos tradicionales del municipio, tales como: repápalos, ajo colorao, caldereta, escabeches, el famoso pollo a lo “Pare Pero” y repostería casera popular como perrunillas, roscas y torrijas.

Patrimonio Natural

Considerado desde 2006 Lugar de Interés Científico, nuestro patrimonio natural incluye sierra y agua.

En la Sierra de Peñas Blancas, encontramos destacable fauna y flora, un lugar donde la naturaleza se desarrolla en todo su esplendor, y nos ofrece un paisaje inigualable.

Su valor se ve incrementado por la presencia abundante de fuentes, pozos y manantiales. En ella se sitúa el abrigo de las Pinturas Rupestres.

De las aves nombramos a las rapaces como el águila real y perdicera, búho real, mochuelo o aguilucho cenizo, y la presencia de buitres leonados, entre otras.

En la solana de la Sierra de las Peñas Blancas, se encuentra una parcela municipal de 140.000m2, conocido como Sierra Utrera, donde podemos encontrar una notable variedad de especies de orquídeas, gracias principalmente a la conservación del espacio y a la diversidad de suelos de la zona. De hecho, de las 45 especies presentes en Extremadura, al menos la mitad se documenta aquí, ocupando distintos biotoposladeras de sierra con matorral, dehesas arboladas con pastizal, riberas de ríos y arroyos, bancales de cultivo, etc.

De la gran variedad de orquídeas que crecen y florecen en primavera, hay que destacar la Serapiza perez-chiscanoi, en peligro de extinción por lo que Sierra Utrera fue declarada recientemente Lugar de Interés Científico debido a la población de esta especie.

La Ruta “Peñas Blancas”, el Duatlón Cross Villa de La Zarza o la Ruta de las orquídeas son algunas de las actividades que se realizan al abrigo de la Sierra Peñas Blancas.

La Ruta de las Peñas Blancas suele celebrarse el primer domingo del mes de marzo, tiene un trazado de 19 km. de longitud y es de dificultad media. Recorre algunos de los parajes y elementos más representativos de la localidad, siendo diseñada como un medio para la puesta en valor y divulgación del patrimonio de la localidad. Es hoy en  día  un  evento  totalmente  reconocido  y  considerado  en  este  ámbito  dentro  de  Extremadura, siendo ya muy conocida  por los aficionados al senderismo de la región, superando los 1.000 asistentes en algunas ediciones. Actualmente es necesaria la inscripción pues se ha limitado el aforo al evento.

El río Matachel es uno de los afluentes más importantes del Guadiana. Tiene una extensa cuenca que comunica Sierra Morena con las Vegas Bajas del Guadiana lo que hace del Matachel un importante corredor medioambiental. Sus aguas se conservan en buen estado lo que permite, por ejemplo, la presencia en su cauce de nutrias, un mustélido al que se considera un indicador muy fiable de la buena salud de los cauces fluviales. El Matachel es, desde luego, uno de los enclaves naturales más importantes de Extremadura y su importancia medioambiental se ha incrementado con la presencia del lince ibérico.

El Río Matachel

Folklore

El origen de los cantares, himnos y canciones populares de La Zarza proviene de reuniones familiares alrededor de la “lumbre” (candela) en tiempo de otoño e invierno, reuniones en el campo por San Isidro, despedidas de “los quintos”, matanzas, Navidad, etc.

Antes no había instrumentos musicales tan completos para acompañar los cantes, además de que era difícil adquirirlos económicamente, por lo que se acompañaban de palmas y utensilios u objeto que tenían en casa o fabricaban con materiales de uso diario.

Las Jotas

Hacia la mitad de los años 70 del pasado siglo, empezó a surgir un movimiento cultural en el que grupos de jóvenes preocupados por la cultura de sus pueblos, indagaban sobre viejas canciones populares y las sacaban a la luz. Unas con música, otras inventadas.

De este modo, se creó el grupo “Tierrablanca” en 1981, haciendo honor a las minas en las que tantos hombres del pueblo habían trabajado durante años.

Con el paso de los años, se han puesto a la cabeza de muchos pueblos que han tenido tradición de jotas toda la vida.

En el caso de las “jotas de La Zarza”, buscando entre la gente mayor y no encontrar mucho, tuvieron en cuenta más o menos sus quehaceres, sus lugares de frecuencia, como, por ejemplo; la mina de la Tierrablanca, donde tanta gente trabajó durante toda la vida, el oficio de los arrieros, la compraventa de tripa y pimienta “colorá” (pimentón). Sus vidas por esos caminos y posadas que tan bien conocían los antiguos y donde ellos eran muy conocidos.

Este grupo federado está permanentemente enseñando sus pasos a pequeños que aprenden desde corta edad con constante trabajo y perseverancia.